En esta actividad (en 4º ESO) hemos
conectado las matemáticas que estamos estudiando con el mundo que nos rodea, en
este caso, la trigonometría, áreas y volúmenes. Empezamos construyendo un
aparato, mediante materiales que fácilmente pudimos conseguir como un
transportador, un sedal, unas tuercas y un bolígrafo, que sirve para medir
ángulos a distancia.
Teníamos que
realizar los siguientes pasos:
1-
Tomar
medidas y cálculo de altura de un recinto elegido (aula, edificio,…).
2-
Volumen
del lugar.
3-
Elegir un
objeto que reciclamos diariamente (envase de batido, zumo,…) y calcular su
volumen.
4-
Calcular cuántos
objetos del elegido caben en el lugar.
5-
Si
reciclamos, en el patio, 50 objetos de medía por día ¿Cuántos días tardamos en
llenar el lugar elegido con ese objeto?
6-
Si ponemos
el objeto reciclado en línea, unos detrás de otros, ¿hasta dónde llegamos
partiendo de Toro?
Tomamos notas sobre
las distancias y los ángulos que nos hacían falta de un espacio que previamente
nosotros ya habíamos decidido, como el aula de exámenes, el patio del colegio,
el gimnasio… y tras esto mediante unas operaciones trigonométricas y diferentes
fórmulas pudimos calcular el volumen del lugar escogido.
Posteriormente,
elegimos cada grupo un objeto de poco tamaño que se pudiera reciclar fácilmente
como latas de refresco, botellas de agua, bricks de zumo, etc y calculamos lo
que ocupa, es decir, su volumen.
Ya teníamos el
volumen del lugar y del objeto escogido y sólo nos faltaba hacer una simple
división para averiguar el número de latas, envases, botellas… que cabían en el
lugar elegido y fue ahí dónde nos empezamos a dar cuenta de la cantidad, a
veces casi hasta surrealista que entraba.
Por último, y fue
aquí donde ya nos quedamos todos sin palabras, calculamos la distancia a la que
llegaríamos si pusiéramos todas las latas, envases, botellas (la que hubiéramos
elegido)… que cabían en ese lugar y que hubiéramos reciclado en línea recta.
Claro, dependiendo del tamaño de los objetos elegidos el resultado iba a ser
uno u otro pero… unos llegaban hasta Puebla de Sanabria, otros hasta Pelagonzalo,
Fresno de la Carballeda o incluso hasta los pirineos franceses.
Actividad para darse
cuenta de la aplicación de las matemáticas al mundo real, en este caso al
reciclaje.