domingo, 10 de febrero de 2019

Matemáticas y reciclaje.

Muchos de nosotros por no decir casi todos, no nos damos cuenta de lo que podríamos lograr si la sociedad en su conjunto reciclara todo lo que consume y las dimensiones que todo esto tendría. Este, es el principal objetivo de esta actividad, concienciarnos de lo que podemos generar si todos hiciéramos ese pequeño esfuerzo por intentar al menos, salvar a nuestro planeta y también conectar lo que estamos estudiando en matemáticas con el mundo que nos rodea, en este caso, la trigonometría. Empezamos construyendo un aparato, mediante materiales que fácilmente pudimos conseguir como un transportador, un sedal, unas tuercas y un bolígrafo, que sirve para medir ángulos a distancia.
Calculando el ángulo hasta la parte alta del edificio.
El siguiente paso fue tomar notas sobre las distancias y los ángulos que nos hacían falta de un espacio que previamente nosotros ya habíamos decidido, como el aula de exámenes, el patio del colegio, el gimnasio… y tras esto mediante unas operaciones trigonométricas y diferentes fórmulas pudimos calcular el volumen del lugar escogido. 
Midiendo la anchura del edificio.
Posteriormente, elegimos cada uno un objeto de poco tamaño que se pudiera reciclar fácilmente como latas de refresco, botellas de agua, bricks de zumo, etc y calculamos lo que ocupa, es decir, su volumen.
Haciendo cálculos.
Ya teníamos el volumen del lugar y del objeto escogido y sólo nos faltaba hacer una simple división para averiguar el número de latas, envases, botellas… que cabían en el lugar elegido y fue ahí dónde nos empezamos a dar cuenta de la cantidad, a veces casi hasta surrealista que entraba.
Por último, y fue aquí donde ya nos quedamos todos sin palabras, calculamos la distancia a la que llegaríamos si pusiéramos todas las latas, envases, botellas (la hubiéramos elegido)… que cabían en ese lugar y que hubiéramos reciclado en línea recta. Claro, dependiendo del tamaño de los objetos elegidos el resultado iba a ser uno u otro pero… unos llegaban hasta Peñafiel, otros hasta Aranda de Duero y otros incluso hasta Lyon, sí Lyon la ciudad ubicada en el centro del país galo, fue impresionante, una gran experiencia que sin duda nos ha supuesto un antes y un después en nuestra visión tanto del reciclaje como de que las matemáticas no sólo son números e incluso letras que aparentemente no nos sirven para nada.
El siguiente paso fue calcular cuánto podríamos fabricar con lo que habíamos calculado que entraba en el lugar elegido; si sabemos que con 80 latas de refresco se hace una rueda de bici, con 40 botellas de agua un polar, con 22 botellas pequeñas de agua una camiseta o que con 6 briks de leche una caja de zapatos nos salían verdaderas barbaridades de prendas u objetos fabricados y todo, simplemente, reciclando.
Mediante este artículo espero que vosotros también, los que lo estéis leyendo os empecéis a dar cuenta que si no hacemos algo, nuestro planeta se muere.
Trabajo realizado por los Alumnos de 4º ESO- Texto de Miguel Ángel Sarmiento (4º ESO)

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